El lenguaje como constructor de realidades



En estos tiempos en los que nos replanteamos todo lo impuesto y que estamos deseoses de una sociedad más igualitaria, el primer paso que tenemos que dar es apelar a lo más básico, a lo que nos hace humanos: nuestro poder de construir las realidades que transitamos con las palabras.
Liliana Bodoc dijo, cuando le entregaron el Doctorado Honoris Causa en la UNCU: “Las palabras, el silencio y los símbolos, sustento de la literatura, no son una construcción ilustrada, no son resultado de la erudición… Es la cultura toda la que bombea ese caudal.”. Los seres humanos somos seres sociales, por ende, somos cultura viva. Y nuestro lenguaje, la forma en que comunicamos nuestros sentires y que da lugar a nuestra identidad, es un espejo de eso.  A pesar de que haya gente que se resigne a las modificaciones lingüísticas amparándose en que se perdería lo literario, ¿no podríamos pensar que si liberamos al lenguaje llegaríamos a una mayor creatividad y representación? Los cambios que atraviesa nuestra sociedad se ven reflejados, en mayor o menor medida, en el lenguaje. Mientras que los neologismos definen nuestras problemáticas y qué pensamos, la gramática del idioma define cómo vamos a estructurar lo que nos pasa y cómo vemos el mundo.
La perspectiva de Lengua y Literatura en Argentina tiene como eje el denominado “Reflexión sobre los hechos del lenguaje”. Desde este punto, podemos cuestionar cómo se transformó el castellano cuando viajó a América de mano de los sanguinarios conquistadores. En este caso, el lenguaje se fue adaptando a través del tiempo a la forzada nueva comunidad de hablantes. Así fue como fuimos dejando los “vosotros”, los “dícese” y demás formas del castellano antiguo. María Julia Amadeo, magister en Ciencias de la Educación y Directora de Planificación de la Calidad Educativa de la Dirección General de Escuelas, hizo referencia a la apropiación social del lenguaje: "Primero debemos considerar que la lengua es un instrumento para el uso de los hablantes y que tiene en sí misma todos los recursos para responder a sus necesidades comunicacionales. En este caso, algunos hablantes o colectivos necesitan dejar explícito en la lengua algunas inquietudes que no son de origen lingüístico, pero sí socio cultural, como es en este caso la visibilidad de género".
Para ejemplificar esto, el colectivo afrodescendiente exige que la lengua no sea racista con el uso de expresiones como “trabajo en negro” para referirse a la explotación, al anonimato y a malos contratos de trabajo, y el colectivo feminista y LGBT+ cuestiona la anulación de los géneros no-masculinos en el español, buscando arribar a un lenguaje inclusivo en esta época donde las clasificaciones mujer/hombre quedaron anticuadas. “(…) pensar en la ruptura de los cuerpos y los géneros implica también un lenguaje para explicar lo que escapa del binario”, alega Mario Vargas, sociólogo y activista LGBT+.
Si bien la RAE siempre tuvo en claro que el lenguaje se adapta a las necesidades de les hablantes y por esto agregó 1697 palabras entre 2007 y 2011(entre las cuales se encuentran los anglicismos tan usados: blog, friki, spanglish, dude y cripear), aún en 2019 no ve que el lenguaje inclusivo sea realmente masivo. Tampoco reconoce la disparidad de nuestro idioma y niega la necesidad de incluir desde lo más básico e inherente de la naturaleza humana: la palabra.
El lenguaje está vivo y le pertenece a les hablantes, ninguna organización, mucho menos una colonialista que haya abalado la masacre de otras lenguas, puede determinar lo que es o no correcto de usar. Romper con el binarismo de género y con las demás opresiones que llevamos en lo más profundo de nuestra habla, es hacer al menos la mitad del camino hacia la igualdad social porque la forma en la que contamos lo que nos pasa, es, en definitiva, la construcción que hacemos de nuestra realidad.

A la hoguera- Crónica

Hola, vengo a compartirles esta crónica que escribí hace unos meses. ¡Espero que les guste!

“A la hoguera”
Salgo con la bicicleta con fuego por pies y con muchas ganas de encontrarme. Esto deja que el viento pueda borrar las sensaciones de malestar que me inundan.
 Las calles van pasando rápidamente. Las imágenes pasan volando por mis costados. Nada es estático. Llego finalmente al lugar donde pasé tanta vida. Me dirijo a mi lugar favorito del bicicletero, pero a diferencia de las veces anteriores, cambié de bici y de vida. Veo que la cana sale de su cabina, con el letargo que todes tenemos un miércoles a las 15hs de la tarde. La planilla que está en sus manos amenaza.
 Pongo la cadena y mientras guardo la llave en mi morral anaranjado. Los ojos marrones profundo de esa mujer policía tenían guardados incluso superficialmente una pesada moral. “Buen día”, sale melodiosamente de mi boca. Áspera contesta y pregunta en un graznido “¿Sos mayor de edad?”, medio adormecida por la calma y los colores de ese lugar respondo que no. Inmediatamente sus facciones cambian y me doy cuenta de mi error. No pareciera tener mucho lugar para la sonrisa. Con tono de militante de la clandestinidad, me cuenta que no dejan entrar jóvenes solos.
-¿Sabés que este es un lugar privado?-apuñala- A los de 17 y 18 no los dejamos entrar solos. Capaz te confundís porque los fines de semana sí. Las chicas están haciendo desastres… Rompieron todo, ¡hasta los baños!
Me acordaba cuando decía esto de una animada charla en Córdoba. Una mujer de unos casi 40 años hablaba del negocio que hacían esas santas monjas con los abortos clandestinos y con una estampita de la Santa Abortista revoloteando de mano en mano, las mujeres-ya adultas- soñaban con vengar hipocresías. Durante los debates, en muchas de las paredes de ese recinto sagrado se pegaron papeles de “Sí a la vida”.
 Mientras pienso en esas rebeldías de la franja de la prohibición, los puñales siguen saliendo.
-¿Te pensás encontrar con alguien?-mira esperando que le confiese un plan súper producido de una orgía. Contesto que no y me callo todas mis preguntas(¿encontrarme conmigo misma no cuenta?). Con una moralina asesina en los ojos me cuenta el plan de las malvadas “parejitas”. -¿Qué venís a hacer acá?
Ahí llegó el colmo de la cuestión. No pude evitar mirarla con todas las sensaciones que tenía. Respondí todavía incrédula con la respuesta vaga de la monja de informes. Consideró que la respuesta fue lo suficientemente aceptable como para cumplir con su bondad del día, así que muy ceremoniosa me deja pasar. Me doy vuelta y sigo mi camino, pero ella me grita que se olvidó de algo: me da un sermón con una veintena de reglas y me pide el nombre y el DNI.
 Respiro y me alejo. Ya no llama. Son las 15.20 y ya puedo empezar. Voy cumpliendo la regla de no pisar el pasto y me siento a escribir en un banquito, de repente unas señoras pasan hablando muy alto y caminando sobre el pasto: tendrían dos multas. Empiezo a caminar otra vez y encuentro en uno de los caminos a un chiquito de 9 años, caminando completamente solo y observando todo a su alrededor. Una “parejita” de unos 30 años elige un banco más allá, se acomodan e inmediatamente empiezan con esas cosas de “parejitas”. Si tuvieran 17 años eso equivaldría a una expulsión sin dubitación alguna.
 Las letras no paran de brotar en mi cuaderno, la claridad comienza a surgir. Las señoras de antes pasan por uno de los senderos cercanos con el nenito ese. Paran en un árbol con un montón de hojas secas. Corren a una batalla otoñal. Luego de un rato el chico agarra un palo y empieza a golpear los árboles que rodean el cementerio. Una de las señoras entra y lee las tumbas. Increíble es la cantidad de infracciones que acumulan.
 Termino de escribir, voy al bicicletero, saco mi bici y mientras saludo a la que en definitiva es también trabajadora, me pregunto si le debo informar todas las infracciones adultas o supervisadas que hubo.
Desisto de la idea y pedaleo hasta casa. Hago una parada para cargar la SUBE en la lotería. Mientras espero, hablo con uno de los hombres siempre instalados ahí y aprovecho para militarla. Llego a casa y abro las ventanas para seguir aireando el alma. Todas esas letras cultivadas esa tarde se prendieron en un fuego a las 18.30.





🌈🌈🌈🌈
Espero que les haya gustado 
¡Nos leemos!
Nati

A la hoguera: Se deshace lo que se detesta 






Estoy Harta, Marta #2: Test de Bechdel

 ¡Hola! Como les decía en la entrada de Whip It (hace mil años, casi), hay varias formas de detectar un machismo base en el mundo audiovisual, pero nos vamos a centrar en ésta que es bien sencilla y que es la más conocida, dentro de todo. Cuando el año pasado estábamos haciendo el Estudio de Caso sobre Mujeres en el Mundo Audiovisual, investigando bastante, dimos con este test que ninguna de las dos conocía y que nos costó bastante encontrar. Un tiempo después ya se está hablando más sobre los machismos en las producciones, pero todavía no alcanzamos un nivel de análisis profundo de estos. Nos falta hablar y cuestionar mucho, así que hacia allá vamos.

 Entonces, esta forma de testear surge a partir de un cómic de una ilustradora(Alison Bechdel) en 1985, aunque la idea nace también con su amiga Liz Wallace. En la historieta Unas lesbianas de cuidado/Dykes to watch out for dos mujeres hablan de ir al cine. Una cuenta que sólo ve películas que cumplan con tres requisitos básicos:
1. Tiene que tener al menos dos mujeres
2. Que en algún momento se hablen
3. Y que el tema de conversación no gire en torno a un hombre



 Así que para pasar el test las películas tienen que pasar por esas tres mínimas cositas. Vamos a ir explicándolas:
1. Tiene que haber al menos dos personajes femeninos para equilibrar un poco la balanza y no poner a sólo una mujer entre todo un mundo de hombres. Cuando esto pasa se llama "Principio de la Pitufina" y es un recurso lamentablemente muy frecuente. Considerando todos los sentidos que nos trae, es muy grave que estemos tan en contacto con estas narrativas. Nos dan el mensaje de que estamos solas, que el mundo es de los hombres y que nuestros amigues sólo pueden ser varones o estamos rodeados de ellos, al menos, y no nos queda otra.
Hay una variación que se añadió un tiempo más tarde: esas dos mujeres deben de tener nombre. Sino, no serían relevantes o no tendrían entidad propia. Pueden hablar dos extras femeninos súper marginales para la trama que no le aportan nada a la historia y el punto se "cumpliría" o también podría pasar, por ejemplo, que un personaje femenino venga de la nada y aporte algo y no sepamos bien de dónde salió ni bien quién era. O bien, también podría quedar relegada su denominación al parentesco que tenga con uno de los otros personajes, que viendo la brecha de género, tienen la mayoría de las chances de ser masculino.
2. En Stranger Things 2 pasa que hay más de dos personajes femeninos, pero cuando se incorpora otro personaje femenino de la misma edad, el personaje por "celos" o lo que sea, no le habla. En algunos momentos la nueva intenta hablarle y Eleven(la que ya pertenecía) no le contesta. 
 Esto genera otra vez ese pensamiento inconsciente la enemistad entre mujeres, la ausencia de la capacidad de colaborar entre nos y que nuestro principal fin es el amor/atención de los varones.
3. En la misma línea de lo anterior, que cuando hablen puedan expresar la gran variedad de temas/intereses y problemáticas que tenemos como género. Podemos ser heterosexuales, podemos estar enamoradas/atraídas por un hombre, sí, por supuesto. Pero eso no nos define y no lo es todo, somos seres amplios y podemos hablar de miles de cosas. La consigna dice que la conversación no gire en torno a un hombre, no especifica la relación. Y eso está muy bueno porque nos sirve para darnos cuenta que tal como nosotras podemos hablar de distintas cosas, también podemos hacerlas y tener proyectos que no necesariamente incluyan a hombres. Oh, novedad, podemos hacer cosas y hablar sobre una gran variedad de temas sin la aprobación o la presencia de una figura masculina.



 OJO: Esta regla no dice si una peli es  o no machista, tampoco si es o no feminista. Varias pueden pasar el test y seguir siendo machistas, o al revés, tener un guión feminista y no pasarla. Por ejemplo, Friends que tiene bastantes cosas machistas, la pasa y The Big Bang Theory  hasta la temporada 4 cumple con el principio de la Pitufina, luego en las siguientes temporadas añaden más personajes femeninos y pasa el test, pero sigue siendo machista.  ¿Y esto por qué? Porque el test solamente se hace cargo de evaluar la brecha de género en las películas. Es decir, la poca (o nula) representación del género. Más adelante también podríamos hablar de qué representación del género tenemos teniendo en cuenta que la gran cantidad de guionistas/directores/equipo detrás de cámara es masculino. Pero por ahora vamos a enfocarnos en esto, de a poco, Marta!
 Hay un montón de cosas que tenemos instaladas y re naturalizadas, necesitamos repensar todo esto para alcanzar una liberación también en el terreno de lo real. Acá podemos ver la poca representación de las mujeres y su voz en el cine. Ni hablar si decimos de mujeres negras o trans.
  Durante estos años distintas mujeres del mundo audiovisual han dado su mirada y han creado sus propios tests.  Someter a sólo un test suele ser poco, porque el mundo de crear producciones es amplísimo: tenemos a les que están detrás de cámara( y acá a quienes dirigen cada sección), a les que están en cámara(y quiénes son los que se están mostrando-blanques, negres,trans,cis,etc.-), qué tipo de representación crean, qué se dice desde los guiones... Banda, banda de cosas.  FiveThirtyEight se encargó de esto y en este artículo sometió a las películas más taquilleras de 2016 a varios tests. Primero al de Bechdel, pero luego a un montón que crearon otras personas del mundo audiovisual y que las analizan desde distintos focos. El artículo está en inglés, pero si no saben, desde Google Chrome se puede traducir la página completa. Algunos son: El de Rees Davies ( 2 o más mujeres en cada departamento), el de White( la mitad de las direcciones de departamentos tienen que ser de mujeres, la mitad de los miembros de cada dpto también y la mitad del elenco), el de Waithe(hay una mujer negra en el trabajo, quien está en una posición de poder y tiene una relación sana), el de Villalobos(tiene a una latina protagonista y a otra  latina mostrada como educada, profesional, que hable sin acento en inglés y que no esté sexualizada), entre otros.




 Una habitación propia de Virginia Wolf ha sido la base para que Bechdel y Wallace se hayan puesto a pensar sobre la representación de las mujeres en las producciones culturales. En el ensayo de la escritora(que espero leer pronto) se cuestiona que en la literatura siempre conoce a las mujeres por la relación que tengan con un hombre. Les dejo el fragmento. Aunque antes, me encantaría resaltar cómo nos vamos empoderando unas a otras, cómo nos damos materiales para el cuestionamiento de
cosas y nos hacemos partícipes, muchas veces sin saberlo, de los procesos de liberación de las otras.
"Todas estas relaciones entre mujeres, pensaba, y evoca rápidamente la espléndida galería de mujeres ficticias, son demasiado simples. (...) E intenté recordar algún caso en el curso de mis lecturas donde dos mujeres estuvieran representadas como amigas. (...) Ellas son ahora, y lo fueron entonces, madres e hijas. Casi sin excepción se les muestra debido a la relación que tienen con los hombres. Era extraño pensar que todas las grandes mujeres de ficción fueran, hasta el día de Jane Austen, vistas no sólo desde el otro sexo, sino también únicamente en su relación con el otro sexo. Y qué pequeña es esa parte en la vida de una mujer..."


Hay una página, que puede servir como guía inicial y básica, que dedica su espacio a que las personas digan si las pelis pasan o no el test. Es https://bechdeltest.com/ . A mí mucho no me termina de convencer porque, aunque muches han marcado como incorrecta la clasificación, antes de que se estrenara habían puesto que Wonder Woman (2017) lo pasaba. Esta peli, por más que tenga un discurso feminista y sea una figura femenina potente, no pasa el test. Esto es parte de lo que hablábamos antes.


Bueno, esto es todo por hoy y en cuanto al Test de Bechdel.
Espero que les sirva para, de ahora en más, repensar las producciones culturales que vemos desde la cantidad de femeneidades que vemos ahí representadas.
Les quiero
Naty🌈🌈



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